miércoles, 18 de enero de 2017
El gato de Bengala.
El Bengala es un felino híbrido resultado del cruce entre un gato doméstico y un gato leopardo (llamado gato bengala en los países de habla hispana). Es de origen estadounidense, donde en 1963 se cruzó, con intervención humana, un gato doméstico y una gata bengala. Su nombre es el derivado del nombre científico de la madre (Prionailurus bengalensis).
HEREDADO GUSTO POR LA NATACIÓN
El gato Bengalí aunque parezca raro, es un gran nadador. Esta cualidad, insólita en la mayoría de los gatos domésticos, es una herencia genética legada por su antepasado salvaje, que se caracteriza por sus grandes cualidades de pescador y nadador.
CARÁCTER Y COMPORTAMIENTO
Los rasgos más destacables de su carácter son su gran hiperactividad y curiosidad, al igual que sus insaciables ganas de juguetear y su sociabilidad. Aunque su origen se encuentra en un gato salvaje (el Felis Bengalensis, un felino que recuerda a un leopardo pequeño)
El gato bengalí es cariñoso y muy cercano a su dueño. Suelen seguirle por la casa, le esperan a la puerta cuando vuelve del trabajo, etc. Esto se debe a que la raza bengalí se concibe a partir de la cuarta generación de cruces que parten del Felis Bengalensis. Las primeras tres generaciones (F1, F2, F3) de gatos que intervienen en los cruces iniciales se entienden como ejemplares fundacionales. Los bebés que nacen no tienen la clasificación oficial de "gato bengalí", por lo que no se deben vender como "gatos bengalíes", ni hablar de ellos como gatos bengalíes, sino utilizando la clase correspondiente a F1, F2, F3. Es cierto que los bebés resultantes de los cruces iniciales (F1, F2, F3) pueden ser algo impredecibles y mostrar instintos típicos del Felis Bengalensis, pero también hay casos de bebés que crecieron con biberón y son totalmente sociables y cariñosos.
Volviendo entonces al Gato Bengalí, debido a que son ya bebés a partir de la cuarta generación del cruce inicial, que por norma general las madres están totalmente sociabilizadas, y a que normalmente los bebés crecen dentro de casa y están acostumbrados al contacto humano desde el principio, no hay motivo por el cual presenten alteraciones de carácter salvaje cuando conviven como mascota (castrados) en nuestro hogar. Obviamente los machos enteros (y algunas hembras enteras) que están en un programa de cría es mejor que tengan una separación, ya que actúan como cualquier otro tipo de gato entero. Una vez que el Gato Bengalí se ha adaptado a su nueva casa, es sociable y se hace amigo de otras mascotas que tengamos; ya sean gatos, perros, incluso hurones.
Su curiosidad es insaciable e inspeccionarán todo para tenerlo bajo control. Su astucia e inteligencia les mantiene siempre alerta, sobre todo si tiene que ver con su estómago; no perderán ningún segundo ante el descuido del dueño que deja un filete de ternera sobre la encimera para cocinar, o cualquier otra cosa que les cautive. Su cercanía a la familia siempre le impulsará a buscar a su dueño, esperarlo a la ventana o la puerta cuando sabe que vuelve, a dormir en los lugares más cómodos y calentitos, a visitarle cuando está descansando en el sofá, a acurrucarse con él acompañando con su ronroneo, etc. Su hiperactividad lo convierte en divertido cuando se sobresalta fácilmente y salta haciendo una acrobacia, corre, trepa para colocarse en lo más alto y tener de vistas amplias, etc. Combina un pelaje salvaje con un carácter activo, sociable, juguetón y cariñoso. Es un cruce pensado para personas que desean tener contacto con un felino salvaje.
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