domingo, 1 de julio de 2018

Animales de todo el mundo diurnos, se están volviendo nocturnos para evitar a los humanos.

Animales de todo el mundo salen de noche para evitar a los humanos

Cuánto miedo debemos de infundir y qué difíciles debemos de ponerles las cosas para que criaturas que se han comportado de la misma forma durante siglos adopten una nueva vida, marcadamente distinta a la que les distingue por naturaleza, tan solo para evitarnos. Un interesante estudio publicado en la revista «Science» concluye que los humanos están provocando que mamíferos de distintos lugares del mundo sean más activos de noche, cuando tienen menos posibilidades de encontrarse con alguno de los nuestros. Zorros, ciervos y jabalíes prefieren ahora salir en la oscuridad, pero esta estrategia puede causarles serios problemas en su fisiología y reproducción.



Los investigadores dirigidos por la Universidad de California en Berkeley realizaron un análisis a gran escala de 76 estudios sobre 62 especies de mamíferos en seis continentes, desde zarigüeyas a elefantes. En dichos estudios, se monitorizó la actividad animal usando herramientas como rastreadores GPS y cámaras activadas por movimiento. Los investigadores usaron los datos para comparar la actividad nocturna de cada especie durante temporadas de niveles altos y bajos de perturbación humana, lo que incluía distintas actividades, como la caza y el senderismo, o la agricultura y el desarrollo urbano.



Así, los autores descubrieron que, con la presencia humana, los animales preferían «hacer vida» de noche, alimentándose y cazando en la oscuridad. Por ejemplo, los mamíferos que solían dividir su actividad de manera uniforme entre el día y la noche, generalmente aumentaban su actividad nocturna al 68%. La respuesta fue más notable entre los grandes mamíferos que entre los pequeños.



Esto ocurría incluso si no había una amenaza manifiesta. Es decir, un ciervo podría volverse más nocturno simplemente porque ve a algunas personas haciendo senderismo en los alrededores, no porque corra despavorido delante de las armas de unos cazadores. El motivo, probablemente, es que nuestra mera presencia es identificada como una posibilidad de predación.


En apariencia, estos cambios de hábitos podrían tener efectos positivos, como ayudar a que humanos y animales coexistan. Sin embargo, la historia no es tan sencilla. Vivir de noche también podría suponer importantes pérdidas para estos seres, por ejemplo, en su reproducción.



Teniendo en cuenta que el 75% de la superficie terrestre está actualmente modificado por la actividad humana, para muchos animales no hay lugar donde esconderse, y solo les quedan las sombras de la noche. Para los científicos, las políticas de conservación también deberían tener sopesar estos factores, de la misma manera que se trabaja por respetar los espacios naturales.

Los humanos somos unos vecinos bastante insoportables para el resto de mamíferos. No es algo que nos tengan que recordar los animales. Somos insorportables para todo el mundo, incluso entre nosotros.

Cuando no los matamos por placer o nos los comemos, los molestamos con actividades incomprensibles para ellos como salir a correr o montar en bici. Así que muchos se están volviendo más nocturnos, para evitarnos. La Naturaleza es sabia, pero está por ver cómo afecta este cambio de hábitos a los animales.

Se ha comprobado que el coyote de California pasa más horas durmiendo de día para evitar a la gente que practica senderismo, paseos en bici y running.

En Nepal, los tigres que viven en las faldas del Himalaya duermen durante el día para transitar por la noche por las rutas que usan los turistas y los alpinistas.



En África, los elefantes que se alimentan del maíz que plantan los humanos han aprendido a evitar los sembrados durante el día, para acudir a comer por la noche.



Es un fenómeno global a nivel mundial, y no conocemos las consecuencias. Sabemos que en un humano cambiar sus hábitos de vida (por ejemplo trabajar de noche y dormir durante el día) afecta a su humor, estado de ánimo, e incluso puede provocar enfermedades. ¿Cómo afectará a los mamíferos que se están volviendo más nocturnos para evitar a los humanos? De momento, nadie lo sabe.

Hay fósiles que demuestran que los mamíferos eran animales nocturnos hace 65 millones de años, para evitar a los dinosaurios. Cuando se extinguieron, los mamíferos tardaron unos 200.000 años en volverse animales diurnos. 65 millones de años después, los humanos les estamos obligando a involucionar, para regresar de nuevo a sus hábitos nocturnos. Somos los nuevos dinosaurios de la era moderna. Agresivos e implacables con el resto de seres vivos, hasta el punto de que, en unos años, quizá sea casi imposible ver a un mamífero durante el día...